Los ladrones y su último robo

Había una vez dos ladrones llamados Romero y Raúl que vivían en la ciudad de Lima. Ellos decidieron robar el Banco Nacional de Perú el 18 de marzo de 2018 porque veinte años atrás su ídolo Billy había robado el banco en esa misma fecha. Como Romero y Raúl admiraban a Billy querían seguir su “legado” y la noche antes del robo decidieron hacer un plan en su guarida sobre cómo entrar al banco. Su plan consistía en que Romero (que era el más inteligente) distraería a los guardias mientras que Raúl (que era el más fuerte) pasaría por todas las seguridades del banco. Ellos decían que su plan era invencible, pero tenía una falla que ellos no sabían y era que los guardias habían reforzado el banco después de que Billy lo robara.

Como Romero y Raúl no sabían eso, el día del asalto fueron capturados y luego fueron conducidos a prisión. La vida en prisión no era exactamente buena porque había mala comida, dormían en celdas sucias y con un viejo gruñón que era malo con ellos. Unos meses después cuando ellos estaban acostumbrándose a la cárcel descubrieron que la popularidad en la cárcel dependía si estabas ahí por un simple robo o por algo sorprendente. Se pasaron todo el tiempo preguntando a los demás cómo llegaron a la cárcel. Cuando le preguntaron al viejo gruñón cómo llegó a la cárcel, se llevaron una sorpresa: el viejo gruñón era Billy, su ídolo.

No lo pudieron creer, su ídolo Billy transformado en un viejo gruñón, no podían entender cómo había cambiado. Él les contó que cuando logró robar el banco y se estaba escapando, lo acorralaron y capturaron. Entonces, como la policía no quería que los ladrones atacaran la cárcel par rescatar a Billy, lo encerraron en una celda solo por muchos años. Luego cuando ya nadie podía reconocerlo, lo sacaron y lo pusieron en otra celda. Mientras esperaba a que lo pasaran de una celda a otra, él se arrepentía cada día una y otra vez por haber intentado robar el banco. Como estaba acostumbrado a estar solo no salió de su celda y tampoco hablaba con nadie y estaba tan arrepentido de eso que cuando la policía le dijo que podía salir, él se quedó en la cárcel. Cuando terminó le dijo a Romero y Raúl que no cometieran el mismo error.

Billy esperó unos años para salir en libertad junto con Romero y Raúl e ir a la ciudad donde ellos decidieron ser buenos ciudadanos y también hacer el mundo un lugar mejor.