Los cuatro animales
- trenerpensaryser
- 4 nov 2020
- 2 Min. de lectura
Hace muchos años todos los animales eran amigos, pero las
mejores amigas eran Lana la llama, Condi el cóndor hembra, Delfí la
delfín rosada y Jagüi el jaguar hembra. Como ya sabrán, dos de
estos animales viven en la Sierra, mientras que las otras dos en la
Selva; así que, ¿cómo sería posible que jueguen y se vean? Bueno,
había una ciudad pequeña llamada Sielva en la frontera de la Sierra
y Selva donde la temperatura era perfecta para ambos animales, no
era tan fría ni tan calurosa. Todos los días ellas iban ahí a jugar y se
guiaban porque ahí había una torre como de un castillo que era de
color azul con blanco. Pero ellas no eran las únicas que se
encontraban ahí, todos los animales de la Sierra y Selva iban ahí
para jugar, excepto dos: Ribet y Croak las hermanas ranas del
Titicaca. Ellas siempre se escondían, Ribet vivía en la parte de la
Sierra del lago Titicaca y Croak en la parte de la Selva.
Un día, cuando era tarde y todos los animales ya se habían ido de
Sierva, las dos ranas salieron por primera vez en varios días. Ellas
llevaban una catapulta grande y con ella se dirigieron a Sielva. Una
vez ahí, las dos fueron a coger rocas, las pusieron en la catapulta y
apuntando hacia la torre, tiraron las rocas, dejando la torre
destruida. Al día siguiente, todos los animales salieron pero no
veían la torre que les guiaba. Las cuatro animales, sorprendidas,
intentaron buscar la ciudad, pero esto se les hizo difícil porque no
veían lo único que les guiaba: la torre.
Condi fue volando por la frontera de las dos regiones, pero se
empezó a morir de calor. Lana caminó hasta la frontera al igual que
Condi, pero no estaba acostumbrada a ese calor. Jagüi fue
corriendo hasta la frontera, pero tenía mucho frío. Delfi intentó
nadar para llegar hasta la ciudad, pero había una roca enorme
bloqueándole el camino.
Todos los animales le decían que se olviden de la ciudad, que nunca
la encontrarían. Escucharon muchas palabras negativas, como
estas:
- “Chicas, yo me olvidaría de la ciudad si fuera ustedes, será
imposible buscar una ciudad tan pequeña en un país tan grande.”
- “Si ya casi se enfermaron tratando de buscar la ciudad, solo
olvídense de Sielva”
- “Nunca, jamás encontrarán la ciudad, solo hagan nuevos amigos o
algo así”
Así les decían las alpacas, el caimán e incluso sus padres.
Pasaron unos cuantos días buscando la ciudad, hasta que Condi vio
una ciudad. Bajó para ver y la temperatura era perfecta, solo que la
torre estaba derrumbada. Ella voló encima de la torre derrumbada
haciendo un círculo captando la atención de sus otras amigas. Ellas
instantáneamente comprendieron que esa era la ciudad. Pero Delfi
no podía avanzar por la piedra gigante. Jagüi justo pasó corriendo
por ahí y vio cómo su amiga tenía problemas, paró para ayudarla y
las dos empujaron la roca. Fueron rápidamente hasta la ciudad
donde estaba Lana y Condi.
Quedaba un problema, los otros animales no sabían dónde estaba
la ciudad, así que juntos trabajaron para volver a hacer la torre.
Después de horas, terminaron de construirla y todos los animales
pudieron regresar a jugar ahí. Las ranas no volvieron a salir nunca.
Los animalitos nunca se rindieron de buscar a la ciudad, aunque
otros animales les dijeron que se olviden de eso.
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