Los arqueólogos y la isla misteriosa

Había una vez un grupo de universitarios que estudiaban arqueología y que estaban muy interesados en los dinosaurios. Ellos eran Matías, Nicolás, Sofía y Paula y los cuatro se parecían mucho en personalidad. Los cuatro eran estudiosos y aventureros.

Un día los universitarios estaban en la biblioteca estudiando y de pronto, uno de ellos encontró un libro viejo con mucho polvo que estaba al fondo de todos los libros del estante. Entonces Matías empezó a leer un poco del libro y encontró un mapa arrugado, viejo y color oro que parecía antiguo. Matías volteó el mapa para ver si atrás había algo más y estaba escrito que llevaba a una isla donde habían vivido dinosaurios. Entonces les avisó a sus amigos. Todos se emocionaron y decidieron viajar hasta la isla para investigar y sorprender a su profesora.

Una semana después alquilaron un barco del puerto de su ciudad para ir a la isla. Se fueron a primera hora en la mañana, se sentían emocionados, asustados y alegres. Se demoraron un día en llegar. Cuando ya estaban casi llegando, sintieron que el agua se movía mucho y no sabían qué era. Nicolás miró en el agua y era como una sombra de un dinosaurio marino y se asustó mucho y dijo –iChicos! ¡Hay un monstro marino debajo de nosotros!-¨, pero los demás no le creyeron. Cuando llegaron a la isla vieron que era muy grande y que la mayoría de la isla era como una jungla. Había mucho sol y no había nadie más que ellos.

Después se adentraron en la jungla siguiendo el mapa. Después de cinco minutos caminando, encontraron muchísimos huesos de dinosaurios T-Rex y Velociraptors y los empezaron a guardar en sus mochilas para llevarlos a su universidad. Ellos se emocionaron y empezaron a buscar más, pero Sofía vio algunas huellas de Tiranosaurio que no parecían antiguas. Ella se asustó mucho y les avisó a sus amigos que tal vez había un Tiranosaurio todavía vivo en la isla. Los demás también se asustaron y un segundo después escucharon unos pasos muy fuertes y cada vez se escuchaban más cerca.

Paula les dijo que el Tiranosaurio era más rápido que ellos así que no podían correr y que mejor se ocultaban en una cueva. Ahí lo vieron pasar y todos estaban impresionados y con mucho miedo. Cuando el Tiranosaurio se fue, ellos salieron corriendo hacia donde estaba el bote. Mientras que salían de la jungla los huesos que guardaron en su mochila se cayeron al suelo. Llegaron al bote y se dieron cuenta que ya no estaban los huesos pero no les importó porque habían arriesgado su vida.

Luego mientras que estaban regresando en el bote decidieron que tenían que botar el mapa al mar porque esa isla era muy peligrosa y no querían que nadie la encontrara. Los cuatro decidieron que ese sería su secreto.