Fábula del delfín solidario y el gallito de las rocas
- Liv Cielo Rodríguez 4.°B
- 31 oct 2020
- 2 Min. de lectura

Hace muchísimo tiempo en el río Amazonas, ubicado en la Selva del Perú, vivía un
joven delfín muy juguetón, bueno y solidario. Nuestro joven amigo tenía un brillante
color gris, pero deseaba tener una piel más colorida, así como lo era su corazón. En
cambio los demás delfines lo tomaban siempre a broma por esta razón.
Un día estaba el delfín juguetón, revoloteando y saltando en el río, cuando escuchó
algo que lo estremeció, se acercó a la ribera y vio que se trataba de un gallito de las
rocas.
- ¡Ay, ay!¡...¡snif,snif!- lloraba desconsolado el ave.
- Amigo, ¿Qué te sucede?- preguntó el delfín.
- ¡Ay! me duele mi ala. Temprano crucé el río para buscar estas frutillas que
le encantan a mis crías, pero me lastimé mi ala y ahora no puedo regresar
volando, ¡snif, snif!- se lamentaba el gallito de las rocas.
En ese momento el delfín juguetón se sintió muy conmovido por el relato e ideó una
solución.
- Ven, súbete a mi lomo y te ayudaré a cruzar- dijo el delfín.
- ¡Oh! ¡Muchas, muchas, muchísimas gracias, eres un ángel!- dijo el gallito
de las rocas, mientras era llevado encima del delfín, cual caballito de
totora.
Al llegar al otro lado, el ave agradecida quiso recompensar al delfín con las frutillas,
pero este se negó educadamente, pues era muy feliz con tan solo haberlo podido
ayudar.
De pronto el río Amazonas y la luna, que lo habían presenciado todo, decidieron
premiar el actuar desinteresado del joven delfín.
- Yo te cubro con este manto mágico de agua- dijo el río Amazonas.
- Y yo te otorgo un precioso color rosado- agregó la luna.
- ¡Soy.. soy rosado! - exclamó el delfín emocionado y les preguntó por qué.
- Por tu gran corazón, a partir de hoy te llamarás delfín rosado del río
Amazonas y todo delfín que viva en este río alcanzará tu color- recitó el río.
- Ve y comparte tu alegría- dijo la luna.
Finalmente el joven delfín, ahora rosado, fue con los suyos y al toque de su aleta,
uno a uno se volvieron rosados también.
Así termina esta fábula donde todos los delfines comprendieron lo sucedido y
estaban agradecidos. Por eso, prometieron ser generosos entre ellos y con las
demás especies, convirtiéndose en un símbolo del Perú.

Ayudar a otros desinteresadamente te dará una gran alegría
y la vida también te dará la recompensa debida.
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