Eternamente juntas

De pronto se abrió la puerta del baño y ella estaba allí, en el piso, su piel blanca y fría como la nieve sin poder decir palabra alguna, que pasó?

Dos días antes decidimos surcar los cielos y viajar juntas a un paraíso terrenal maravilloso. Estos dos días fueron mágicos e inolvidables, jugamos nuestros juegos favoritos, corrimos olas como nunca antes lo habíamos hecho, preparó los dulces que nos gustaban y lo saboreamos hasta que no quedó ninguno y yo, plenamente feliz.

Por la noche tú en el violín y yo en el piano recordando Vírgenes del Sol con Yma Sumac, en un perfecto jazz incaico de Jorge Bravo de Rueda, como dice la melodía, una danza que describe la grandeza del Imperio incaico con el Dios Sol como todopoderoso.

Eso eres tú para mí, grandiosa, única e irrepetible, eternamente agradecida por todas tus enseñanzas. Me quedo con tu inmenso amor y nuestro mundo mágico que construimos sólo para las dos, te amo mamá.