top of page

¿Por qué están?

Me despierto con mi alarma a las 7:00 am, en ella aparece lunes 23 de noviembre. Me quedo mirando al techo por unos minutos, sin hacer nada. Estoy con unas ojeras y con un cansancio terrible. Me levanto de mi cama y camino casi sonámbulo a la cocina, pongo el café en la máquina y me hago un pasado. Después, voy al baño y tomo una ducha fría, a ver si me despierto. Salgo de la ducha con una toalla en mi cadera y me miro al espejo, mi cara pálida sigue teniendo unas ojeras gigantes y mis ojos están irritados. Me dirijo a mi cuarto para ver que ponerme, saco una camisa blanca y un pantalón de vestir. Ya cambiado, me peino el cabello, que estaba todo enredado y me pongo unos zapatos negros. Agarro mi maletín y salgo del departamento. Bajo las cuatro largas escaleras, ya que el ascensor estaba malogrado, y llego a la entrada de mi edificio. Al estar afuera, alzo la mano para pedir un taxi. Normalmente iría en mi carro, pero estaba en mantenimiento. Mientras espero que algún taxi pare, me quedo hablando con el vigilante y aprovecho para fumar un cigarrillo. Después de unos minutos, un taxi se detiene, me subo a él y le indico la dirección.


Durante el trayecto decido bajarme, porque había mucho tráfico. Al bajar, a unas cuadras puedo ver bomberos y ambulancias. Paro unos segundos y giro mi cabeza, veo como las personas se detienen para ver lo que sucedió y como las ambulancias que había visto en el camino llegaban, al parecer hubo un accidente. Sigo caminando con pasos rápidos para intentar no llegar tarde. Y ahí está mi trabajo, el edificio de 35 pisos y con ventanas de vidrio, todo moderno. Cuando estoy a punto de entrar, veo a una chica, de unos 15 años, alta con pelo castaño y ojos claros, estaba con uniforme escolar. Se tropieza frente a mí, pero se levanta y sigue su camino, yo entro al edificio. Mientras voy subiendo, todo mi cuerpo tiembla, me miro al espejo del elevador y estaba más pálido de lo normal. Nunca en mi vida había llegado tarde. Mi jefa, Fiorella, es una persona directa y también conocida por despedir a las personas por un simple error. Llego a mi piso, y sigo nervioso y tembloroso. Saludo a Carmen, la secretaria, y me dirijo a mi oficina, pero antes de entrar me dice que vaya a la de Fiorella. Mis nervios volvieron a surgir, voy lentamente a su oficina, toco la puerta y ella me dice que pase. Entro y simplemente se me queda mirando, como si me estuviera analizando. No sé qué hacer, decido pedirle disculpas por llegar tarde, pero antes de que pudiera decir algo me interrumpe. Me pregunta si he oído del accidente de esta mañana. En este momento me alivió un poco que todavía no haya hablado de mi tardanza o aún mejor, que no se haya enterado. Le contesto que sí, si me he enterado del accidente y le pregunto a qué se debe su pregunta. Me dice que quiere que escriba un artículo sobre el nefasto evento para mañana en la mañana y yo acepto el proyecto. Salgo de su oficina y voy directo a la mía. Me siento un rato a pensar cómo comenzar el artículo. Normalmente, escribo artículos sobre política o economía, pero nunca había escrito uno de accidentes. Comienzo a escribir:


“Un desafortunado evento sucedió en la Avenida principal Miguel Grau”


Solo he escrito una línea en tres horas, y ya es hora de almuerzo. Por alguna razón no puedo escribir nada. Decido tomarme un descanso e ir a almorzar a la pizzería que está a unas cuadras, aunque honestamente no me lo merezco. Salgo a almorzar con mi compañero Adriano. Al salir del edificio, nos dirigimos hacía el semáforo, para cruzar la calle. Estamos parados esperando a que cambie de color. En eso, escucho unos llantos detrás de mí. Decido voltear y era una señora rubia, con ojos pardo, no más de 30 años. Al frente, lleva un coche con una hermosa bebé adentro. Me quedo mirando por unos segundos y le sonrío a la bebé. El semáforo cambia de color, y cada uno sigue su camino. Llegamos a la pizzería de “Don Tito”, ha estado desde hace 20 años en la misma esquina. Nosotros vamos casi todos los días, somos los clientes favoritos. Nos sentamos en nuestra mesa de siempre, la más cercana a la ventana y pedimos una pizza americana. Pasaron aproximadamente unos cuarenta minutos, ya pagamos la cuenta y Adriano está comiendo su último pedazo. Nos despedimos del dueño, y nos dirigimos de nuevo a la oficina.

Vuelvo a sentarme en mi escritorio, que está todo desordenado por todos los papeles y apuntes que tengo. Veo mi computadora y ahí está la única línea escrita. Este articulo lo tengo que entregar en aproximadamente 10 horas y no tengo nada. Me quedo mirando al techo, como lo hice en la mañana, pensando en que poner. Pasaron minutos y horas, y sigue estando como antes. Se me ocurre salir a fumar un cigarrillo para tranquilizarme y pensar un poco. Voy al parque que está al doblar la esquina del edificio. Llego y todas las bancas están ocupadas. Termino dando vueltas por todo el alrededor y saco mi cigarro y me lo pongo en la boca. Busco en mi bolsillo mi encendedor, pero no siento nada, después recuerdo que lo deje en la oficina. Estoy a punto de irme, hasta que alguien me toca el hombro. Veo a mi costado a un hombre, pero sin verle bien la cara. Tiene su mano extendida con un encendedor. Yo acerco mi boca con mi cigarrillo y él lo prende. Alejo mi cara de su mano y levanto mi cabeza para agradecerle y él se va. Termino mi cigarrillo y vuelvo a la oficina.


“Un desafortunado evento sucedió en la Avenida principal Miguel Grau. Se vieron afectadas cinco personas, incluyendo al causante del accidente, pero todavía no se han identificado a las víctimas.”


En mi mente, me pongo a pensar ¿qué más agrego? Ya digo todo lo necesario. Además, tampoco han descubierto tanta información. Me he quedado tantas horas que el día se ha vuelto oscuro.

Ya he tomado como 5 cafés, pero igual tengo sueño. Me quedo pensando y me doy cuenta de que esto no tiene remedio. No puedo escribir este artículo. Simplemente, voy a ir a mi casa, dormiré, iré a la oficina y rezaré para que no me despidan. Salgo y no había ningún taxi afuera, lo cual no era normal. Intento prender mi celular, pero se había quedado sin batería. Entonces solo me queda caminar. Voy en la oscuridad, con solo algunas luces prendidas. Paso por donde fue el accidente, ya no hay nada. Hay un poco de sangre en la pista, pero ya habían retirado todo lo demás. Me siento un rato en la vereda y me quedo pensando. Ese pude ser yo, yo podría haber sido una de esas personas. Siempre paso por la misma ruta. Me podrían considerar loco en estos momentos, pero saco mi laptop del maletín y me pongo a escribir:


“Un desafortunado evento sucedió en la Avenida principal Miguel Grau. Se vieron afectadas cinco personas, incluyendo al causante del accidente, pero todavía no se han identificado a las víctimas. Esta es una ruta transitada por muchas personas y ahora se está luchando por la vida de ellas y en identificarlas.”


Cierro mis ojos por el cansancio. Ya no los podía abrir, no veía nada, solo sentía mi cuerpo volverse más liviano, como si flotara.


Entradas recientes

Ver todo

Commentaires


Les commentaires sur ce post ne sont plus acceptés. Contactez le propriétaire pour plus d'informations.
Publicar: Blog2_Post
  • Facebook
  • YouTube

©2020 por Juegos Florales Trener. Creada con Wix.com

bottom of page